es memoria mi fe, que antes fue nuestra,
mácula indeleble de la luna en mis ojos, que tú no ves,
y cielo de mi boca
aún no acierto a mal decir
este silencio huérfano
que desborda en todas las cosas
y fecunda una hora yerma y luego otra
sólo el fulgor primero
se dejó
c e ñ i r