me quedé dormida, fue lo mejor que podía pasar
llovía tanto que no reconocía por dónde iba
llegaba a un bar
donde entrar no me pareció una elección
underground
con el letrero del metro, eso pude verlo con claridad
me recibían desconocidos
con amabilidad sospechosa
y toallas usadas
no me sentí a salvo
se me pasaba por la cabeza
que aquello era
el infierno,
de camino hacia adivinados pasillos
pude ver la mesa de billar
bajo la lámpara baja
el bar estaba lleno
y muchos me rodeaban
pero esta última alegría malherida no la podía compartir
y sentí que eso debía de ser el umbral del castigo
quiero ser hermosa!