entre el hambre voraz de los chacales
y la muda renuncia del pájaro caído.
el santo y seña: ese himno
que no por conocido
aprendemos
y los demonios,
a un lado,
cargados
de todas sus falsas promesas.
míralos ahora cómo arrastran los pies
intoxicando las horas
ellos también nos abandonan.